Vigilancia internacional de las resistencias a los agentes antimicrobianos en Europa: ahora también es necesario controlar el uso de antibióticos

Con el aumento de viajes e intercambios comerciales que han tenido lugar en la Unión Europea (UE) en los últimos años, también se ha incrementado el riesgo de diseminación de patógenos (resistentes). Muchos estudios demuestran que la resistencia a los agentes antimicrobianos es un problema cada vez mayor. Por ejemplo, los Staphylococcus aureus resistentes a la meticilina (SARM) eran inicialmente un problema prácticamente confinado a los hospitales, pero hoy se notifican cada vez más como una infección adquirida en la comunidad, habiéndose demostrado la propagación de algunas cepas entre distintos países europeos (1). La resistencia a los antibióticos puede dar lugar a estancias hospitalarias prolongadas, costes elevados y una mayor morbilidad o incluso mortalidad (2).